¿Cómo hacer ciudadania en tiempos de crisis?


Formación Ciudadana - 17/07/2020

Desde que llego la crisis sanitaria a nuestro país, virus que ha obligado a detener la vida como la conocíamos, teniendo consecuencias en todo ámbito, ha conllevado a cuestionar la cotidianidad a la que estábamos acostumbrados, tanto dentro del hogar, como en las relaciones humanas, cambiando los hábitos sociales que solíamos llevar, la forma de saludarnos, de reunirnos, de conocernos.
Por otro lado, ha visibilizado también, aspectos negativos de la estructura política de nuestro país, como las desigualdades económicas y sociales, que  ha generado una mayor incertidumbre en la población ante el panorama actual, que dificulta priorizar entre el bien individual y el bien común.
Debido a esto,  es que surge la pregunta ¿Cómo ser ciudadanos en tiempo de crisis, como ayudar en la comunidad?
La comunidad, en simples palabras, se ha definido como conjunto de personas en un espacio geográfico determinado, que comparten actividades e intereses comunes que los representan. De hecho el sentido de pertenencia, es una condición que ayuda al desarrollo y  a la continuidad de esta.
Es a partir de esto, donde muchos han manifestado como pareciera ser que nos encontramos en el momento justo para fortalecer las redes de apoyo y generar una mayor ayuda entre la mismos grupos humanos, fortalecer la ciudadanía.
Claro, que bajo la lógica del resguardo y protección absoluta, por lo mismo ya presenciamos los primeros cambios notorios en los hábitos sociales, la gente dejó de saludarse con un beso o con la mano, se limpiaron y ordenaron las casas, se cocino y mejoró la alimentación, se ocupo más la tecnología, compras en negocios cercanos, se conversa sobre distancia social, y en la medida de lo posible, sale menos de su casa.
Y es que como mencionábamos, las desigualdades sociales, han generado que no toda la gente pueda tener la misma seguridad, ya que se enfrentan a dificultades como el desempleo, problemas dentro de casa, mujeres a cargo de sus hijos y de sus trabajos, otras enfermedades que complejizan la situación sanitaria, como también la ausencia de cuarentena por la necesidad de mantener una fuente de ingreso.
Por lo mismo es que frente a la serie de condiciones negativas que estamos presenciando, se hace necesario replantearnos la forma de vivir, cambiar costumbres y prácticas arraigadas, y fortalecer  tanto el “auto cuidado”  como la “auto organización” de mi espacio, para así poder aportar en el mejoramiento de cada uno
Ejemplo de esto, es como  han surgido nuevas y progresivas iniciativas, tener nuevos roles en las casas, nuevas rutinas de limpieza, se han reordenado los espacios, ha aumentado el interés por  reutilizar o reciclar. Al salir muchos prefieren las bicicletas, se mantiene la distancia al comprar, en el caminar, en el compartir. Se prohíben los eventos masivos,  nos comunicamos por internet, hay menor concentración de gente en las ciudades. Se da preferencia al comercio cercano y empresas pequeñas, se utiliza el servicio a domicilio, se solidariza entre los vecinos, se replantea nuestra relación con el resto.
Organizaciones como Greenpeace por ejemplo, ya generan campañas incentivando a reforzar la comunidad en periodo de crisis, destacando el apoyo a personas que se encuentren solas o con mayores dificultades, consumir en  negocios que nos queden cerca, participar y difundir información útil en nuestras comunidades.
Es que finalmente, la vida como la conocíamos, se está transformando,  está en pausa, dejamos de estar inmerso en las típicas rutinas escolares, laborales, sociales, y nos topamos con algo totalmente desconocido: tiempo.
Tiempo nuevo, tiempo complejo, tiempo para resolver problemas, para refugiarse y cuidarse, para estar con la familia o con sí mismo, y por ello jugar, leer, crear o pensar. Discutir sobre el medio ambiente y los cambios en el planeta, los animales durmiendo en las carreteras o pumas bajando del cerro, juzgar el consumismo, dudar  sobre los contagios o los planes que teníamos. Debatir sobre las medidas aplicadas por el gobierno, por quienes pueden quedarse en casa  versus los que resuelven como volver sanos a estas, aquellos que no tienen internet para trabajar o las familias que perdieron sus empleos. Cuestionar la “normalidad”, y comprender como cada una de nuestras acciones, puede influir y repercutir en el resto.
A partir de esto, se concientiza sobre la importancia de poder  crear nuestras propias redes de colaboración, involucrarse en los espacios que uno reconoce un sentido de pertenencia, y acompañar en el desarrollo local, para el fortalecimiento de nuestras comunidades. Comenzar a identificar sus falencias, ayudar en resolver sus  necesidades, mejorar la comunicación, aprender de autogestión, enseñar y educarse.
Finalmente ser CIUDADANA/O es recordar que se es parte de una sociedad, que convivimos con otros seres,  que nos debe preocupar nuestro entorno,  que se tiene el derecho a opinar, discutir y contribuir con diversas y pequeñas acciones con nuestros vecinos, en nuestros colegios, trabajos, en las comunas.
Es por esto, que en medio de esta pandemia, se  invita a repensar  sobre la función de las escuelas, y como se ha intentado  anular, desde un lado, una  serie de condiciones que han acompañado este proceso, y que hemos mencionado previamente, como las diferencias en acceso a internet, las dificultades laborales y monetarias, la ansiedad en la gente, los problemas de infraestructuras para el retorno, la diferencia en los ritmos de  aprendizaje, entre otras circunstancias que impide un buena comprensión académica. Por lo cual, se replantea el propósito de  los colegios, destacando su función como comunidad educativa, que puede consolidar la cooperación y empatía entre todos.
Si todavía no es el momento de abrazarnos, quizás es la instancia para centrarnos en estos valores, por sobre una evaluación. El de conocernos, escuchar, conocer las problemáticas que afectan a mis compañeras/os, las dificultades del colegio e intentar proponer soluciones a estas. Hablar de contingencia, de educación ambiental, de nuevos hábitos, de los cambios que observan. Validar los sentires y emociones que han experimentado tanto estudiantes, sus familias, como profesores y asistentes de la educación. Reforzar  un vínculo de apoyo entre todos y todas. 
Es por esto, que en la construcción de este nuevo estilo de vida, se convierte en prioridad aprender a crear alianzas, buscar soluciones entre todos y todas, aprender a dialogar y comprender que somos ciudadanas y ciudadanos, y por lo mismo tenemos el deber de ser agentes de cambio, y preocuparse del bien común. Ya que “Un ciudadano puede enderezar lo que está al revés,  ser ciudadano no es lo que eres, es lo que haces”


Muriel Aránguiz Helqui
Profesora de historia y geografía
Formación ciudadana
 
Referencias bibliográficas
- ¿Qué puede hacer un ciudadano?,  David Eggers, Shawn Harris. Editorial Hederes (2019)Link de internet
- https://diarioelcentro.cl/crisis-social-v-s-crisis-sanitaria/
- https://es.greenpeace.org/es/noticias/reforzar-comunidad-en-tiempos-de-crisis/
- https://www.redalyc.org/pdf/1813/181321553002.pdf